Desde Penang tomamos el tren hasta Taiping, la 2da. ciudad más grande de la provincia de Perak y cuyo nombre significa “Paz para siempre”, evocando el final de una guerra en 1874. Tiene unos 200.000 habitantes y es la ciudad más húmeda de Malasia Peninsular. De hecho, está lloviendo a cántaros en este preciso momento y seguirá lloviendo los próximos tres días, donde caminar implica empapar la remera como un jugador de básket.

Pero entonces, ¿por qué fueron a Taiping? Bueno, porque esa humedad es la que alimenta los ríos y las colinas tapizadas de árboles en Taiping, porque humedad es sinónimo de selva, reservas forestales, lagos, arroyos y cascadas. Si les gusta la selva, tendrán que bancarse la pelusa, digo la humedad. Es así y aunque uno nunca se acostumbre a ponerse protector solar combinado con repelente de mosquitos formando una pasta nunca homogénea, se convierte en parte de la rutina previa a salir por la puerta. Pero es así, es parte del combo de estar rodeados de naturaleza.

¿Cómo llegar a Taiping?
Nosotros llegamos a Taiping en tren desde Penang, tomamos el KTM Komuter por 7,5RM (US$1.5) en Butterworth y en una hora estábamos bajando en la estación de Taiping, que está en medio de la ciudad. Aprovechamos y fuimos al súpermercado The Store a comprar algunos víveres para los próximos 5 días: pan, budín, fruta, papas fritas, atún, tomate sumado a lo que ya teníamos (porotos, café y fideos instantáneos) y nos tomamos un taxi hasta Villa Sentosa, que está a 3 km del centro de Taiping, por 12RM (US$3).

Hay trenes más caros (25RM) que tienen baño y bar, pero la verdad que para un viaje corto, el Komuter es muy cómodo, limpio y eficaz. En la web de KTM pueden ver las rutas de tren en Malasia, los diferentes servicios que hay y hasta reservar ticket online.

También se puede llegar en bus, hasta la estación de Kamunting Raya a unos 7 km del centro de Taiping. Una vez en la estación, pueden tomarse el bus MyRapid 10A (2RM) hasta el centro, que tiene 2 rutas conectando los puntos claves de la ciudad con el exterior, como la colina Bukit Larut.
Para los buses de larga distancia, en esta página web pueden encontrar todas las empresas, horarios, precios y duración de buses para viajar hacia Taiping desde cualquier ciudad de Malasia.

Claro que también se puede venir en auto, las rutas están en muy buenas condiciones, dos puntos a tener en cuenta serían: tener el permiso de conducir internacional y que acá se maneja de la mano izquierda, por lo que todo es al revés. Si en Argentina pasamos un auto por la izquierda, acá se rebasa por la derecha, y así. Entonces, si vienen por unos días, no les recomendamos manejar, ya que puede llevar un tiempo acostumbrarse a las reglas invertidas. El aeropuerto funcional más cercano está en la capital de la provincia: Ipoh. Desde ahí, pueden tomarse un bus o tren a Taiping muy fácilmente, ya que hay mucha frecuencia.
¿Dónde hospedarse en Taiping?
Nuestra experiencia en Taiping no hubiera sido la misma si no hubiéramos elegido Sentosa Villa Resort para pasar 5 noches inolvidables. Sin dudas dormir en Villa Sentosa tuvo mucho que ver en que quedemos encantados con el perfil natural de la ciudad, ya que se encuentra ubicada al pie de Bukit Larut (antes Maxwell Hill), una colina de 1200 msnm a la que se puede acceder en Land Rover o bien haciendo un intenso trekking de 4 horas.

Sentosa Villa Resort, Taiping, Malasia
Villa Sentosa tiene dos tipos de alojamientos: habitaciones dobles y familiares de hotel en un edificio principal y chalets de madera tipo cabañas independientes dispersadas por el bosque para 2-8 personas. La temática del resort es justamente la selva tropical, por eso, es que nos enamoramos del lugar ni bien llegamos.

Hay un arroyo, pozos de agua con peces, tortugas acuáticas, varios tipos de mariposas y hasta vimos monos gibones en los árboles. Los senderos de cemento forman un laberinto para recorrer el complejo, llegando hasta la orilla del arroyo, donde hay asientos, mesitas y fogones para hacer picnic o simplemente, descansar y contemplar.

Nosotros nos quedamos en Zeuz, la cabaña para 2 personas más cálida en la que hayamos estado. Es una habitación espaciosa revestida en madera y ladrillo, baño completo y lo mejor: la terraza privada, donde desayunamos todos los días. Las amenities que vienen incluidas en el precio son: secador de pelo, cepillo de dientes, jaboncitos, shampoo y acondicionador mini, isopos, botellitas de agua, mini bar (pava eléctrica, café, té, azúcar, tazas), heladerita y snacks de bienvenida.

El Resort, a pesar de estar en medio de la selva tropical, es de alta categoría, de esos con toallas en forma de cisne y pétalos de flores sobre la cama que siempre habíamos querido tener. Los servicios que incluye son: wifi, ducha de agua caliente, estacionamiento en el predio, toallas blancas, agua embotellada, aire acondicionado, televisión, ventilador y limpieza de habitación a pedido. El desayuno no está incluido, cuesta RM20.

Nuestra cabaña, además de la cama king súper cómoda, viene amoblada con mesita y sillones de madera, mesa de luz, perchero colgante y pie de cama. Todo es tan Tarzan y Jane que la verdad es que no nos queríamos ir! Tanto es así, que nos quedamos nuestras dos últimas noches malayas ahí. Ah! El staff es súper amable y servicial, me decían Miss todo el tiempo y nos resolvían todas las inquietudes, nos daban agua para tomar, llamaban al taxi (o Grab) y estaban atentos a cualquier necesidad, siempre con una sonrisa.

Por la mañana nos despertaba el canto de los pájaros y durante todo el día escuchábamos el agua correr por el arroyo a pocos metros de nuestra cabaña, con sus cascadas tan pintorescas. Un lugar que sin duda recomendamos para quedarse un mes entero a desconectarse si pueden 🙂 pero con unos días también alcanza.

Es una experiencia ideal para los amantes de la naturaleza como nosotros, porque tiene el equilibrio perfecto entre estar en medio de la selva, pero en una cabaña con todos los lujos. Los valores no son muy mochileros que digamos pero es perfecto para darse un gustito dentro de un viaje largo.
¿Dónde comer en Taiping?
Fuimos a comer a dos lugares totalmente diferentes entre sí. Por un lado, Yinn´s Patisserie el Café que pusieron Yinn y su papá, medio escondido en el centro de la ciudad, dentro de una casa histórica incluída en el recorrido patrimonial arquitectónico de Taiping. Específicamente fue la casa y oficina del primer mafioso chino fundador de una sociedad que manejaba la explotación del estaño de la zona. La casa es un lugar muy particular, toda restaurada por el mismo padre de Yinn, quien trabaja con madera desde hace muchos años.

Y por el otro, el restaurante Mergastua, que está pegado al zoológico de Taiping (imposible no verlo), es de estilo bien local y lo más loco es que tiene una terraza con mesitas sobre un pantano verdoso lleno de peces gigantes, un espectáculo poco común y muy creepy a la noche.
Yinn´s Patisserie
El ambiente es súper cálido, nos recibieron con los brazos abiertos y una sonrisa tímida y amable. Mientras chusmeábamos el menú, charlamos con el papá de Yin, quien nos contó encantado toda la historia relacionada a la casa, Taiping y las mafias, historias de guerras por poder y estaño, cómo se originaron los jardines, etc. Es un hombre abierto a compartir todo su conocimiento sobre la ciudad, por eso, la experiencia en este Café, fue mucho más que gastronómica.

Pero vamos a la comida… Empezamos pidiendo dos tragos: un mojito de frutos rojos que vino en vaso corto, muy fresco y dulce y el otro era un Mocktail (cocktail sin alcohol) de lima, más ácido pero súper refrescante. De platos principales pedimos: spaguetti a la crema con champignones para Mar y Pollo frito napolitano con puré y ensalada para Nacho. Más allá de que todo estaba riquísimo, los platos eran abundantes y de muy buena calidad y presentación.

Pero la verdad, es que como su nombre lo indica, la especialidad de la casa es la pastelería. Por lo tanto, nos vimos obligados a probar 3 dulzuras: cheese cake de cempedak, cheese cake de té matcha y sésamo negro y la especialidad de la casa: volcán de chocolate con helado.
Vamos por partes dijo Jack, ambas cheese cakes estaban deliciosas, súper cremosas, consistentes y sabrosas. La de cempedak, es una creación de Yin y es de una fruta local, con un sabor muy particular, fuerte y casi indescriptible. Van a tener que ir a probarla 🙂 Deliciosa.

La cheese cake de té matcha y sésamo, igual de cremosa y consistente, con mucho sabor pero más suave y amable al paladar, dulce pero no tanto, y con un fondo a té muy profundo. Las presentaciones son una gran parte de la experiencia para Yinn, quien preparar todas y cada una de las tortas que hay en la heladera, una genia.

Por último, el volcán de chocolate. Oh, volcán! Gracias por existir. Pobre Yinn, la hicimos trabajar porque el volcán se cocina en el momento en que lo pedís. Sale caliente, además el centro tiene que tener la consistencia de la lava, líquida pero espesa y el exterior, firme y esponjoso. Es un postre difícil de hacer bien, y este estaba supremo. Súper chocolatoso con un fondo amargo que combinaba perfecto con el helado de americana más dulce y frío.

Fue una cena inolvidable, en un contexto cargado de historia, charlando con el papá de Yinn, comiendo riquísimo y a pura sonrisa malaya. Les recomendamos que al menos vayan a tomar un café con torta, vale la pena cada segundo. Y por favor, pídanle a Yinn que lo llame a su papá y les cuente (encantado) la historia de su ciudad.
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